martes, 31 de julio de 2012

CORRECTA POSICIÓN PARA COMENZAR A DIBUJAR


LA POSICIÓN DEL ARTISTA ES FUNDAMENTAL A LA HORA DE DIBUJAR.
Tendremos que seguir unas recomendaciones básicas  para obtener el máximo provecho en nuestras horas de trabajo.
DISTANCIA.
 La idea principal es no acercarnos ni alejarnos demasiado del papel; sin una óptica clara y general de lo que estamos dibujando no podemos obtener lo deseado. Por lo tanto, dependiendo del tamaño del lienzo o del folio debemos situarnos en distancias diferentes.
Si nuestro dibujo no supera el tamaño de una hoja DINA-4 la distancia recomendada es la de codo-cabeza. Cuando la superficie a aumentando también lo hace la distancia.
Es a distancias relativamente grandes, como en murales, cuando la intuición y la experiencia del dibujante escogen la mejor longitud
INCLINACIÓN.
A la hora de dibujar, como se ha dicho hasta ahora, se ha de tener una visión generalizada de lo que estamos creando; la inclinación de la mesa ayuda a ello, a demás de proporcionar la libertad del movimiento del brazo necesaria.
Si dibujamos sobre una superficie completamente horizontal el brazo ha de realizar un esfuerzo complementario.
Cuando se extiende hacia la parte superior del papel el brazo ha de estirarse forzosamente, igualmente ocurre cuando nos acercamos el brazo hacia nosotros, que ha de replegarse.
Al inclinar el plano de la hoja alejamos la zona próxima a nosotros y acercamos la alejada, consiguiendo así un "equilibrio" favorable.
Esta inclinación también viene marcada por el tamaño de la figura: mayor tamaño-mayor inclinación, menor tamaño-menor inclinación.
En obras de tamaño grande es conveniente situar el lienzo en posición vertical para podernos mover con facilidad por todas las zonas.
VISIÓN.
La cabeza a de situarse paralela al dibujo, de manera que nuestra vista siempre sea perpendicular a la superficie donde dibujar.


SUPERFICIE.
El rozamiento es el causante del desprendimiento de partículas de grafito (o el material con el que estamos trabajando) sobre el papel, por eso la zona de contacto entre estos dos elementos ha de presentarse siempre constante. Así evitaremos que nuestro trazo salga irregular y tosco.
Si dibujamos sobre superficies rugosas obtendremos texturas no deseadas; aunque a veces se utilice intencionadamente como técnica de dibujo.
Lo ideal son superficies lisas y duras para evitar el hundimiento de la mina sobre dicha superficie.
Si nuestro lugar de trabajo no cumple dichos requisitos podemos servirnos de un tablero adicional de tamaño superior a la hoja que utilicemos para dibujar, para poder albergar toda su extensión.
MATERIAL DE REFERENCIA.
Cuando estamos realizando un dibujo siempre se basará en un tema. Es muy aconsejable disponer de material de referencia. En revistas especializadas (si dibujamos animales disponer de revistas del mundo animal, si lo hacemos con las plantas coger un libro de botánica, etc.), en periódicos (además de informarnos diariamente ofrecen cantidad de muestras gráficas en sus fotos), cómics, cintas de vídeo, Dvds; actualmente estamos rodeados de información fácilmente alcanzable. Aunque sin embargo lo que de verdad da práctica al artista es experimentar por su propia piel. Mientras nos desplazamos, cuando vamos de compras, al trabajo; absolutamente todo es tangible de ser interpretado como una nueva inspiración. Una pequeña libreta de mano nos permite ir tomando apuntes en cualquier sitio para así aprovecharlos cuando llegamos al estudio para dibujar.

INICIO AL DIBUJO ARTÍSTICO.
El proceso de dibujo se aprende y se perfecciona con el tiempo. Esa evolución a base de práctica proporciona al artista un estilo propio y personal.
No obstante, se tiene que conocer unas leyes o principios básicos aptos para poder empezar a caminar. Sin estas nociones empezaremos con un camino muy pedregoso.
Lo primero, situarnos y coger el material.
La situación varía según el entorno. En el interior, dentro del estudio, nos colocaremos en la mesa de dibujo; en el exterior apoyar la hoja sobre una carpeta rígida o una carpeta para conseguir rigidez.
El material, el imprescindible. No rellenar demasiado el aérea de trabajo para que éste no nos moleste al dibujar. Libreta u hoja, lápiz y goma lo básico.
Y ahora a trazar...
ACTITUD.
La primera cosa que nos pasa si intentamos dibujar a conciencia, intentando crear una obra decente, sea esa impresión que no avanzemos. Los dibujos nos salen torcidos, mal proporcionados o incluso, ese perfil tan simple a simple vista es impensable plasmarlo en nuestra hoja en estos instantes.
Esa actitud es lo primero a modificar.
No se debe pensar en lo mal que dibujamos o en la poca semejanza de nuestros dibujos; simplemente trazar, de momento, imitando literalmente las formas que nuestros ojos vean.
Para ello se debe practicar un juego de visualización y trazo.

VISUALIZACIÓN Y TRAZO.
Coge un objeto, sitúalo delante de ti.
Mira uno segundos y realiza una línea imitando un trozo de ese objeto. Vuelve a mirar el objeto y continúa trazando. Sigue el procedimiento hasta terminar el dibujo.
Te habrás dado cuenta que en este periodo no has mal interpretado tus trazos. Simplemente has ido reproduciendo tal cual veías. Esta es la idea a asimilar.
A partir de este momento vamos a realizar ejercicios para facilitar nuestro adaptación a un dibujo más espontáneo y fluido.



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