LA POSICIÓN
DEL ARTISTA ES FUNDAMENTAL A LA HORA DE DIBUJAR.
Tendremos que seguir unas recomendaciones básicas para obtener el máximo provecho en nuestras
horas de trabajo.
DISTANCIA.
La idea principal es no acercarnos ni alejarnos
demasiado del papel; sin una óptica clara y general de lo que estamos dibujando
no podemos obtener lo deseado. Por lo tanto, dependiendo del tamaño del lienzo
o del folio debemos situarnos en distancias diferentes.
Si nuestro dibujo no supera el tamaño de una hoja
DINA-4 la distancia recomendada es la de codo-cabeza. Cuando la superficie a
aumentando también lo hace la distancia.
Es a distancias relativamente grandes, como en
murales, cuando la intuición y la experiencia del dibujante escogen la mejor
longitud
INCLINACIÓN.
A la hora de dibujar, como se ha dicho hasta ahora, se
ha de tener una visión generalizada de lo que estamos creando; la inclinación
de la mesa ayuda a ello, a demás de proporcionar la libertad del movimiento del
brazo necesaria.
Si dibujamos sobre una superficie completamente
horizontal el brazo ha de realizar un esfuerzo complementario.
Cuando se extiende hacia la parte superior del papel
el brazo ha de estirarse forzosamente, igualmente ocurre cuando nos acercamos
el brazo hacia nosotros, que ha de replegarse.
Al inclinar el plano de la hoja alejamos la zona próxima
a nosotros y acercamos la alejada, consiguiendo así un "equilibrio"
favorable.
Esta inclinación también viene marcada por el tamaño
de la figura: mayor tamaño-mayor inclinación, menor tamaño-menor inclinación.
En obras de tamaño grande es conveniente situar el
lienzo en posición vertical para podernos mover con facilidad por todas las
zonas.
VISIÓN.
La cabeza a de situarse paralela al dibujo, de manera
que nuestra vista siempre sea perpendicular a la superficie donde dibujar.
SUPERFICIE.
El rozamiento es el causante del desprendimiento de
partículas de grafito (o el material con el que estamos trabajando) sobre el
papel, por eso la zona de contacto entre estos dos elementos ha de presentarse
siempre constante. Así evitaremos que nuestro trazo salga irregular y tosco.
Si dibujamos sobre superficies rugosas obtendremos
texturas no deseadas; aunque a veces se utilice intencionadamente como técnica
de dibujo.
Lo ideal son superficies lisas y duras para evitar el hundimiento de la mina sobre dicha superficie.
Lo ideal son superficies lisas y duras para evitar el hundimiento de la mina sobre dicha superficie.
Si nuestro lugar de trabajo no cumple dichos
requisitos podemos servirnos de un tablero adicional de tamaño superior a la
hoja que utilicemos para dibujar, para poder albergar toda su extensión.
MATERIAL DE REFERENCIA.
Cuando estamos realizando un dibujo siempre se basará
en un tema. Es muy aconsejable disponer de material de referencia. En revistas
especializadas (si dibujamos animales disponer de revistas del mundo animal, si
lo hacemos con las plantas coger un libro de botánica, etc.), en periódicos
(además de informarnos diariamente ofrecen cantidad de muestras gráficas en sus
fotos), cómics, cintas de vídeo, Dvds; actualmente estamos rodeados de
información fácilmente alcanzable. Aunque sin embargo lo que de verdad da
práctica al artista es experimentar por su propia piel. Mientras nos
desplazamos, cuando vamos de compras, al trabajo; absolutamente todo es
tangible de ser interpretado como una nueva inspiración. Una pequeña libreta de
mano nos permite ir tomando apuntes en cualquier sitio para así aprovecharlos
cuando llegamos al estudio para dibujar.
INICIO AL
DIBUJO ARTÍSTICO.
El proceso de dibujo se aprende y se perfecciona con
el tiempo. Esa evolución a base de práctica proporciona al artista un estilo
propio y personal.
No obstante, se tiene que conocer unas leyes o principios básicos aptos para poder empezar a caminar. Sin estas nociones empezaremos con un camino muy pedregoso.
No obstante, se tiene que conocer unas leyes o principios básicos aptos para poder empezar a caminar. Sin estas nociones empezaremos con un camino muy pedregoso.
Lo primero, situarnos y coger el material.
La situación varía según el entorno. En el interior,
dentro del estudio, nos colocaremos en la mesa de dibujo; en el exterior apoyar
la hoja sobre una carpeta rígida o una carpeta para conseguir rigidez.
El material, el imprescindible. No rellenar demasiado
el aérea de trabajo para que éste no nos moleste al dibujar. Libreta u hoja,
lápiz y goma lo básico.
Y ahora a trazar...
Y ahora a trazar...
ACTITUD.
La primera cosa que nos pasa si intentamos dibujar a
conciencia, intentando crear una obra decente, sea esa impresión que no avanzemos.
Los dibujos nos salen torcidos, mal proporcionados o incluso, ese perfil tan
simple a simple vista es impensable plasmarlo en nuestra hoja en estos
instantes.
Esa actitud es lo primero a modificar.
No se debe pensar en lo mal que dibujamos o en la poca
semejanza de nuestros dibujos; simplemente trazar, de momento, imitando
literalmente las formas que nuestros ojos vean.
Para ello se debe practicar un juego de visualización
y trazo.
VISUALIZACIÓN Y TRAZO.
Coge un objeto, sitúalo delante de ti.
Mira uno segundos y realiza una línea imitando un
trozo de ese objeto. Vuelve a mirar el objeto y continúa trazando. Sigue el
procedimiento hasta terminar el dibujo.
Te habrás dado cuenta que en este periodo no has mal
interpretado tus trazos. Simplemente has ido reproduciendo tal cual veías. Esta
es la idea a asimilar.
A partir de este momento vamos a realizar ejercicios
para facilitar nuestro adaptación a un dibujo más espontáneo y fluido.